A diario recibimos multitud de malas noticias que nos llegan de todos los lugares del globo y por todos los medios posibles. Muertes por desastres naturales, guerras que se están librando no tan lejos de nuestras casas, imágenes de refugiados ahogándose en su esperanza de llegar a Europa, la lista no parece terminar.
Todos estos temas son muy importantes y deberían concernirnos como ciudadanos y ciudadanas. Aun así, la exposición masiva a este tipo de contenidos puede llegar a desensibilizarnos y hacer que nos resignemos a la idea de que el mundo se está yendo definitivamente al traste. Es más, esta resignación puede hacer que nos inmovilicemos ante situaciones donde sí podríamos hacer algo para ayudar.
Pero, ¿es verdad que el mundo cada vez está peor? ¿O eso es que sencillamente se nos da mal hacer estimaciones sobre aspectos como la economía, la salud y el bienestar a escala global?
Con esta idea en mente, esta semana hemos preguntado a una muestra representativa de españoles qué piensan sobre el estado del mundo: ¿Ha mejorado o ha empeorado?
Nuestros datos dicen que nos alejamos de los datos reales, ¡y mucho! Parece que, al menos en España, no es que no acertemos, es que pensamos todo lo contrario de lo que dicen los datos (¡siempre negatifo!). Solo por daros un par de ejemplos:
1. Escolarización de las niñas en países de renta baja
El 63% de los españoles piensa que en el conjunto de países con un nivel bajo de renta un escaso 20% de las niñas terminan la educación primaria, cuando en realidad son el 60% de las niñas las que terminan la escuela. Sí, podrían ser más, pero ¡es mejor de lo que pensamos!
2. Población mundial que vive en pobreza extrema
Otro ejemplo: un apabullante 78% de los españoles piensa que, en los últimos 20 años, el porcentaje de la población mundial que vive en la pobreza extrema se ha multiplicado casi por dos, cuando en realidad ¡se ha reducido casi a la mitad!
3. Muertes por desastres naturales
Y lo mismo con el número de muertes por desastres naturales: el 52% de los españoles piensa que se han multiplicado como mínimo por dos y otro 33% piensa que se han quedado más o menos igual, cuando de facto las muertes por desastres naturales se han reducido a menos de la mitad.
Eso sí, la temperatura global va a aumentar en los próximos años y el 90% de los españoles lo sabe (¡menos mal!).
Confirmado entonces: tenemos percepciones mucho más negativas sobre el estado global del mundo de lo que indican los datos. Hay varios motivos por los cuales somos tan pesimistas, muchos de ellos se discuten en el libro Factfulness del autor Hans Rosling, que ha inspirado este pequeño estudio y que muestra este mismo sesgo “pesimista” en personas de todo el mundo (¡el pesimismo no entiende de fronteras!).
Uno de los motivos que nos llevan a ver el vaso medio vacío puede ser el alud de información negativa a la que estamos expuestos a diario. Otro motivo tiene que ver con factores evolutivos: sale más rentable ser demasiado pesimista que ser demasiado optimista. En otras palabras, equivocarse apostando suele salir más caro que equivocarse no apostando, así que tendemos a mantenernos dentro de nuestra zona de confort, donde cómodamente nos dedicamos a pensar lo peor.
En definitiva, sea cual sea el fundamento de esta desilusión global en la que vivimos, hoy ya tienes una razón más para desafiar tus instintos de supervivencia y salir de la cueva un poco más liviano: estamos mejor que antes. Aunque tu cuñado diga lo contrario.
Con estas buenas noticias, ¿a que dan ganas de seguir mejorando el mundo?